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Lloros, la lágrima de la vida. 

Cada marzo, los viñedos de Valdecuevas se convierten en el escenario de un fenómeno natural tan poético como esencial para el ciclo de vida de la vid: los lloros. Este evento, que marca una transición entre el reposo invernal y el despertar primaveral de las vides, es un testimonio vívido de la renovación y la vitalidad de nuestro viñedo. 

Comprendiendo el fenómeno del lloro en la vid. 

El lloro en los viñedos ocurre cuando, tras el invierno, las temperaturas comienzan a elevarse, estimulando a las vides a reactivar su circulación interna. La savia, que durante el invierno permanecía en reposo, se moviliza con el aumento de la temperatura en la D.O. Rueda, ya que nos encontramos en un clima mediterráneo. 

Esta savia recorre hasta las extremidades de la planta y cuando alcanza los cortes realizados durante la poda, se escapa en forma de gotas, creando la bonita ilusión de que la vid “llora”. Este llanto no es más que la savia rica en nutrientes y agua, esencial para el desarrollo de la planta, marcando el inicio del ciclo vegetativo. 

La importancia del lloro en Valdecuevas. 

El lloro no solo es un espectáculo visual, sino que también cumple funciones importantes para el viñedo. Es un indicador claro de que la vid ha salido de su estado de dormancia y está lista para comenzar un nuevo ciclo de crecimiento. Este momento es crucial para nuestros enólogos Antonio y Jesús, ya que señala el tiempo óptimo para realizar ciertas labores culturales, ajustar el manejo del viñedo y prepararse para la temporada de crecimiento. 

Conclusión. 

Los lloros de marzo en nuestro viñedo ofrecen una ventana a los ritmos de la naturaleza, destacando la belleza y la complejidad del ciclo de vida de la vid. Este evento natural no solo es crucial para el manejo del viñedo, sino que también es una fuente de inspiración y asombro, recordándonos la resiliencia de la naturaleza y la magia que precede a la producción de cada botella de vino. En Valdecuevas, cada gota de lloro es un preludio a la promesa de una nueva cosecha, cargada de potencial y sabor.