¡Empezamos el año cuidando lo que más nos importa!
Entre enero y marzo, llevamos a cabo en nuestra bodega una de las prácticas más cruciales en el ciclo de la vid, la prepoda y la poda. Esta etapa es esencial no solo para el mantenimiento de las viñas, sino también para asegurar la calidad y el rendimiento de nuestra cosecha durante este próximo año.
Para ello tenemos dos fases: prepoda y poda categorizada como “poda larga”.
Prepoda: El primer paso en el cuidado de la vid
La prepoda es el preámbulo de la poda. Esta práctica consiste en eliminar las partes de la planta que están más dañadas. Esto se realiza en invierno ya que la vid se encuentra en su estado de reposo.
Este proceso lleva consigo muchos beneficios a corto y largo plazo, como el facilitar a nuestros encargados del campo hacer una evaluación inicial de la vid y planificar la poda de manera más eficiente.
Esto ayuda a concentrar los nutrientes y la energía de la planta en producir uvas de mejor calidad, en lugar de en el crecimiento excesivo de hojas y tallos.
Poda: Moldeando el futuro de la vid.
Tras la prepoda, viene la poda propiamente dicha. Esta es una técnica delicada y precisa que buscamos equilibrar la planta, dejando solo los sarmientos más fuertes y sanos. Esta práctica influye en la calidad de nuestros vinos. Por ello, es un momento crucial en nuestra bodega.
La poda y prepoda en Valdecuevas son fundamentales para controlar el vigor de la vid y para garantizar una distribución equilibrada de los racimos. Con esta práctica, obtenemos unas uvas de mayor calidad, lo que se traducirá en vinos con cualidades organolépticas excepcionales. Con ello, buscamos superarnos. cada año
Un cuidadoso proceso con el que queremos reflejar la dedicación y el compromiso que nos inunda en Valdecuevas. Todo ello para obtener vinos de alta calidad.
¿Conocías esta práctica en el viñedo?